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La cucaracha soñadora

Llega un momento que tienes que decir BASTA. Y anoche, a eso de las 3 de la mañana dije: WHAT THE FUCK? Lari, enciende la luz, enciende la luz. La encendió, me senté en la cama, ella también, levanté las dos almohadas, y allí la vi. La vi entre la cama y el respaldar, escondida, con miedo. Le vi sus dos horribles antenas moviéndose armónicamente. Lari la empujó con su chancla al suelo y luego la mató. Llega un momento que tienes que decir BASTA, y ese momento es cuando una cucaracha te recorre la cara mientras duermes.

Estaba yo durmiendo, feliz, tranquilo, cuando sentí una caricia en la mano. Soñé que alguien flotando en el espacio de mi habitación me acariciaba, y por su puesto me cagué de miedo. Sacudí la mano violentamente y la metí debajo de la manta. Segundos después sentí que algo me recorría la cara rápidamente. Sentí el caminar de algo liviano con patas finas, las sentí en la barbilla, por la boca, la frente y perderse por encima de mi cabeza. Soñé que era una araña, una lagartija o, como luego comprobé, una maldita cucaracha. Yo me revolví con un latigazo violento, me barrí la cara varias veces con mis manos mientras me escondía debajo de la manta y la sábana. Golpeé con el culo a mi mujer mientras le decía: Lari, enciende la luz, enciende la luz. Después de matar al ejemplo de cucaracha alemana (luego os cuento por qué sé que es alemana), revisamos toda la habitación y nos volvimos a dormir con la luz encendida con eso de que no aparecen cuando hay luz.

Más tarde soñé que habían captado en televisión el momento cuando la cucaracha me recorría la cara. Durante toda la noche, y todavía ahora mientras escribo siento vivamente el tacto de sus patejas recorrer mi mano y luego mi boca y mi cara. De hecho, no he parado de rascarme la cabeza, el cuello y la espalda mientras he escrito esto. Imagino que tú también te estás rascando mientras lo lees.

Como dije, llega un momento que tienes que decir basta. Yo lo dije el sábado cuando llamé a El TORO EXTERMINADOR para que vinieran a fumigar la casa. Todos los días nos encontramos una o dos cucarachas boca arriba, moviendo las antenas lentamente. Justo cuando las vas a coger con una servilleta se dan la vuelta y salen corriendo las desgraciadas. No están muertas, están de parranda. Las pisas y sale el líquido marrón-negro-amarillo, eughh. Ah, y también hay arañas, de esas que llamábamos monjas en España, con las patas gigantes como la araña del malo en la película Wild Wild West de Will Smith. Pues nada que ayer venía El TORO EXTERMINADOR y canceló la cita. Hoy lo voy a llamar para contarle mi experiencia con La cucaracha soñadora. Él fue el que me explicó las diferentes cucarachas que hay en Miami, y estas marrones pequeñas son las cucarachas alemanas. Seguro están puteadas por eliminarlas en la semifinal del Mundial y por eso esta vino a despertarme anoche.

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