He vuelto a sentir esos nervios en el estómago. Desconcierto y desconfianza. Me encierro. Me alejo de todos esos que dudan de mí. Es mi manera de hacerme fuerte. No quiero escuchar sus críticas, ni sus “acertados” consejos. Prefiero un punto de odio que de solidaridad. Quisiera borrar de mi entorno tanta gente podrida. Hoy empiezo con esa tarea.
No quiero socios, no quiero amigos, ni enemigos con maquillaje. Ya tengo suficiente.