Hoy es el cumpleaños de mi hermano, el tío más guay que conozco. Mi hermano tiene una vibra especial, una paz interna que envidio. Trabajo todos los días para llegar a ese lugar que él domina, algo que consigue sin esfuerzo, en el que por mucho tiempo yo estuve. Lo más probable lo aprendió de mí, claro, este es mi blog y soy yo el centro de todo, pero en este caso estoy seguro que creció conmigo como ejemplo a seguir. Ahora el maestro intenta aprender del alumno, porque mi hermano es una versión mejorada de lo que yo soy, en casi todo, por ejemplo en el fútbol todavía no. Y más cositas.
En mis hijos veo la misma admiración mutua y el mismo compañerismo que hemos tenido mi hermano y yo siempre. En fin, que mi hermano es la hostia. Un amigo invalorable, una pareja única, un hijo admirable y un hermano insustituible.